domingo, 15 de octubre de 2017

El silencio se concibe como la ausencia de sonido o como la inhibición de hablar cuando nos referimos a la comunicación.
En la música, el silencio es indispensable para darle sentido a las canciones y hacer pausas para respirar, Mozart decía que la música no está en las notas sino en el silencio entre ellas.



Además, en la lectura y en el hablar hacemos pausas con silencio para poder transmitir el mensaje con la intención y emoción adecuada. Por otro lado, el silencio tiene una connotación espiritual, pues es en el silencio cuando podemos tener un encuentro con nuestro yo. Cuando estamos en silencio tenemos una comunicación con nuestro interior, nos conectamos con nuestros pensamientos y sentimientos logrando estar en quietud.

Cuando pasamos las horas del día cumpliendo con nuestros compromisos laborales, resolviendo situaciones, tomando decisiones y en una constante interacción con otros, nuestros pensamientos y emociones se agitan, de modo que al llegar al hogar descansamos del bullicio, tenemos ese espacio de paz y de recogimiento. Ese silencio es sanador, reparador de todo el estrés del día, por lo que debemos aprovecharlo para tener un diálogo con nuestro yo y despojarnos de las preocupaciones, auto escucharnos y abandonarnos a la tranquilidad, a la quietud del encuentro con nosotros mismos. 
Asimismo, el silencio también tiene una connotación negativa, que aparece cuando se usa para manipular e inquietar al otro, considerándose una agresión pasiva, porque en una situación de diálogo o de búsqueda de respuestas de nuestro interlocutor, a cambio solo entregamos silencio, sometiendo al otro a un estado de angustia y frustración. Este tipo de silencio puede ser premeditado para quebrar emocionalmente, para conseguir que la persona hable primero del tema, o cuando dejamos de contestar llamadas o mensajes de texto o simplemente decimos que no queremos conversar.

Algunas personas tienen miedo al silencio, pues este los obliga a confrontarse consigo mismas, a reflexionar sobre quienes son, que quieren, cuáles son sus necesidades, preocupaciones, creencias, incluso a juzgarse sobre si son lo que quieren ser o si han hecho algo positivo con sus vidas. Incluso durante el día hacemos pausas silenciosas que nos ayudan a aclarar rápidamente nuestros pensamientos, favoreciendo así la comunicación y la toma de decisiones, lo que nos lleva a sobrevivir en los retos y obstáculos de la vida. En este sentido, cabe acotar que investigaciones científicas comprueban que el silencio es indispensable para llevar a cabo los procesos cerebrales, pues el exceso de ruido deja sin recursos a la corteza pre-frontal afectando el razonamiento, de modo que el pensamiento superior se activa con la ausencia de ruido al hacer el cerebro una especie de depuración de la gran cantidad de estímulos que ha recibido durante el día, despojándonos de la angustia y volviéndonos más inteligentes, creativos y seguros, estimulando la creación de nuevas neuronas y constelaciones sinápticas.

Y también los biológicos, pues el silencio influye en el ritmo cardíaco, la respiración, el sistema cerebro-vascular, entre otros, siendo un factor importante en la prevención de enfermedades psicosomáticas y en la recuperación de la salud. De hecho, el silencio es un elemento curativo para aquellas personas que trabajan en ambientes excesivamente ruidosos, pues el ruido hace que el cuerpo genere cortisol y se comience a padecer de estrés crónico, siendo el silencio lo que permite que se baje la presión arterial logrando mejorar la salud y teniendo calidad de vida.

El silencio para algunos es considerado sagrado, a través de él experimentan un recogimiento que según los conecta con Dios o con la fuente de Energía Universal (yo prefiero llamarlo así). Hacer voto de silencio es consagrarse a las creencias, al aprendizaje de una doctrina o filosofía, es una muestra de respeto, de promesa o de penitencia, por ello está conectado con lo religioso y con el Crecimiento Espiritual, constituyéndose en un elemento ritual. Con el silencio logramos el auto conocimiento.

Anónimo.

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