Las verdaderas raíces del Rito Escocés de la Francmasonería se pierden en la noche
de las épocas antiguas. Nuestras enseñanzas preceden a nuestra organización
actual en miles de años. Los grados del Rito Escocés nos dan un sentido de
valores y de normas históricas. Hoy es el niño de ayer. Nadie puede entender el
significado de los acontecimientos que en cada época sacuden al mundo, a
menos que se los vea desde la posición ventajosa de la historia. De las crisis
del pasado, el hombre ha descubierto los principios que son tan sólidos como
las montañas y tan perdurables como las estrellas.
El Rito Escocés esta formado por
una acumulación de lecciones y de experiencias masónicas. Artefactos del Rito
Escocés están dispersos a través de la historia de muchas razas, culturas, y
sociedades. Los signos, símbolos, inscripciones, conceptos, y enseñanzas pueden
ser encontrados en los estudios de la mayor parte del mundo antiguo.
Están inscritos en las tumbas y los templos de la India, las ruinas de Nubia, y
en el valle egipcio del Nilo hasta su mismo delta. También se encuentran en
Caldea, Assyria, Persia, Grecia, Roma e incluso en México antiguo y Yucatán.
El origen del Rito puede ser rastreado a
Francia a principios del Siglo XVIII, aunque algunos de sus rituales pueden
tener un legado que data de los años 1600. Hay antiguas alusiones a la
masonería “Escocesa”, es decir, grados con un título “Escocés”, que datan de
1741. El uso de la palabra “Escocés” ha conducido a muchos a creer que el Rito
se originó en Escocia y que Escocia sigue siendo la fuente originaria de su
actividad. Este no es el caso.